jueves, 26 de septiembre de 2013

domingo, 22 de septiembre de 2013

Pensamientos surrealistas (VI)

   Si un profesor sorprende a un alumno copiando en un examen y le da una colleja, ¿le da un golpe maestro?

jueves, 19 de septiembre de 2013

sábado, 14 de septiembre de 2013

Pensamientos surrealistas (III)

   Hoy me he levantado dando un salto mortal, pero el jurado sólo me ha puesto un 8,75 porque no he caído dentro de las zapatillas...

Pensamientos surrealistas (II)

   Los colores flúor, ¿son los más recomendados por los modistos de los dentistas?

Pensamientos surrealistas (I)

   Si me compro un tractor que viaja en el tiempo, ¿me estoy labrando un futuro?

Conspiración

   Nadie se ha dado cuenta, pero existe una conspiración judeo-masónica que ríete tu de códigos Da Vinci, Áreas 51, asesinatos de Kennedy, falsos viajes a la luna, chicas de la curva y todas aquellas leyendas urbanas interpuestas por no se sabe quien, como sí fueran los cuentos de los hermanos Grimm, diseñados para asustar al populacho, desviando la atención de todas aquellas cosas que de verdad importan.
   Pero lo que he descubierto es mucho más importante que todo eso, algo que os hará cambiar la perspectiva de lo que es la vida. Una confabulación de la que nadie habla pero que a todos nos afecta: ¿por qué sí los paquetes de salchichas tienen 5 o 7 unidades, los paquetes con pan de perrito traen 6 panes? Es que hay que joderse, o te sobra un pan o te sobra una salchicha. Lo de la salchicha pase, porque al final siempre hay alguien que se la acaba metiendo entre pecho y espalda en un acto de valentía, pero del pan no tiene perdón, que una semana después de haber cenado perritos allí sigue el pan, solito, envuelto en la bolsa de plástico original cerrada por un nudo, porque esa es otra, ¿qué tipo de ingeniería hay que estudiar para poner un alambre de esos que suele cerrar este tipo de panes? Cuando te crees tan listo para desenroscarlo de sí mismo y ya le has dado tres vueltas, comienza a enrollarse de nuevo, haciendo prácticamente imposible abrir el paquete, a no ser que te acerques el paquete con el alambre a un palmo de los ojos, saques la puntita de la lengua por uno de los lados de la boca y te fijes muy bien para poder desenmarañar esa situación.
   Y allí se queda el pan, hasta que llega el momento en que comienza a tornarse verdoso y va a la basura, gracias a la confabulación entre empresas salchicheras y panificadoras de molde. ¿Qué les cuesta ponerse de acuerdo? Pero si es que ni ellos mismos saben lo que hacen, como para ponerse de acuerdo con otra empresa, y para muestra, un botón: de toda la vida el pan de molde ha venido con su corteza, y con esas dos rebanadas que son sólo corteza (los culos) para, según el fabricante, ayudar a que el pan aguante tierno más tiempo. Pero, ¿qué pasa con el pan sin corteza? ¿No se reseca sin los culos?
   Por cierto, si alguno os lo preguntáis, no he cenado perritos...